Crecimiento espiritual
La oración para el crecimiento espiritual puede ser para el crecimiento en general, o para el crecimiento en un área específica: el amor, la fe, la paciencia, etc.. Una oración exitosa para el crecimiento espiritual es necesaria para producir resultados en todas las demás oraciones. La oración para el crecimiento espiritual es otra oración en la que Dios nos da los medios para producir el resultado en lugar de darnos el resultado. El crecimiento espiritual funciona igual que el crecimiento físico. Es el resultado de la concepción y el crecimiento fructífero de la semilla. La semilla que produce el crecimiento espiritual es la palabra de Dios.
Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. (1 Pedro 1:23)
Jesús nos dice, sin embargo, que Satanás se opone a la semilla de la palabra de Dios. Cuando la palabra es sembrada Satanás viene inmediatamente a quitar la palabra sembrada en nuestro corazón. Si su primer esfuerzo falla, ataca con problemas y persecución para hacer que nos apartemos de la palabra. Si su segundo esfuerzo falla, él siembra preocupaciones de este mundo, confianza en otras cosas, y deseos por otras cosas en nuestro corazón para ahogar la palabra y hacerla infructuosa. (Mateo 13:19-23 , Marcos 4:14-20, Lucas 8:11-15)
La palabra de Dios crece y produce el fruto del crecimiento espiritual en aquellos que guardan la palabra en sus corazones. Debemos vigilar los afanes de esta palabra, la confianza en otras cosas y el deseo de otras cosas y resistirlos. Cualquier preocupación de este mundo, la confianza en otras cosas, y el deseo de otras cosas que ya han concebido en nuestro corazón debe ser arrancado de raíz y arrojado al mar. (Ver Oración de Arrepentimiento). Estas cosas ahogan la palabra y ahogan nuestro crecimiento espiritual. La palabra es fructífera en un buen corazón - uno que está libre de esas cosas que ahogan la palabra.
Como Pedro lo registra:
Despojaos, pues, de toda mala conducta. Acabad con todo engaño, hipocresía, envidia y toda palabra perversa. Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, para que por ella crezcáis: (1 Pedro 2:1-2)
Alguna semilla de la palabra es tomada inmediatamente después de que es sembrada en nuestro corazón. Necesitamos tener puesta la armadura de Dios y estar alerta a nuestros pensamientos y otras cosas que ocurren inmediatamente cuando la palabra es sembrada para evitar que Satanás se la lleve. Jesús dice que Satanás tiene éxito cuando alguien oímos la palabra y no la comprendemos. Básicamente, si nos inclinamos a nuestra propia comprensión y no percibimos cómo la palabra de Dios es verdadera, la malinterpretamos o la rechazamos. Esto apunta a la necesidad de humildad en el crecimiento espiritual. La humildad y la comprensión provienen del temor del Señor.
Satanás también trae tribulación y persecución en contra de la palabra para causar que nos alejemos de ella. Esto trabaja usando la preocupación por uno mismo (temor) que ha sido sembrado en nuestros corazones. Debe ser expulsado. El amor no tiene preocupación por uno mismo. La fe cree que Dios proveerá para nuestras necesidades. Esto apunta a la necesidad de amor duradero y fe (paciencia) en el crecimiento espiritual. Estos son producidos por el temor del Señor y la palabra de Dios.
La palabra de Dios no produce fruto en aquellos que sólo la oímos. Debemos hacer la palabra - seguir sus instrucciones y someternos a su corrección - para que produzca crecimiento espiritual.
Así que desháganse de toda la suciedad y el mal en sus vidas, y con humildad acepten la palabra que Dios ha plantado en sus corazones, porque tiene el poder de salvar sus almas. Pero no se limiten a escuchar la palabra de Dios. Debéis hacer lo que dice. De lo contrario, sólo os estaréis engañando a vosotros mismos. (Santiago 1:21-22)
Al igual que la fe, que debe ir acompañada de la acción para vivir y producir fruto, la palabra de Dios debe ir acompañada de la acción para producir el fruto del crecimiento espiritual.
Todo el que usa leche es inhábil en la palabra de rectitud, porque es un niño. Pero el alimento fuerte es de los adultos (espiritualmente maduros), es decir, de los que por el uso tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal. (Hebreos 5:14)
Aquellos que son espiritualmente maduros han ejercitado sus sentidos haciendo la palabra y esto ha producido crecimiento espiritual.
Dios ha enviado el Espíritu de verdad para guiarnos y conducirnos a toda la verdad. Esto obra para aumentar la fecundidad de la palabra sembrada en nuestro corazón. Pedir a Dios que envíe su Espíritu de verdad para guiarte a la verdad es una ayuda importante para el crecimiento espiritual.
Resumen
La oración para el crecimiento espiritual implica usar los medios que Dios nos ha revelado para producir crecimiento espiritual. Debemos sembrar la palabra de Dios en nuestros corazones, echar fuera todo lo que ahoga la palabra en nuestros corazones, guardar nuestros corazones para que no entre nueva semilla que ahogue la palabra, mantenernos firmes contra los problemas y la persecución, y hacer la palabra. Pedir a Dios que envie su Espiritu de verdad para guiarnos y conducirnos a toda la verdad tambien nos ayuda a recibir la palabra y ayuda a incrementar su fructificacion. Esto funciona para el crecimiento espiritual general y funciona para el crecimiento en un area especifica como el amor, la fe, etc..
El crecimiento espiritual es el crecimiento de la palabra de Dios en nosotros. Ahogar la palabra de Dios ahoga nuestro crecimiento espiritual y ahoga el poder de la palabra trabajando en nosotros para satisfacer las necesidades. Ahoga nuestra percepción de la verdad y ahoga el amor, la fe, la rectitud y la unidad.
De la abundancia del corazón habla la boca. Hablamos según la semilla que da fruto en nuestro corazón. Si seguimos los medios que se nos han dado para el crecimiento espiritual, entonces la abundancia de nuestro corazón pasará de ser semilla corrupta a ser la palabra de Dios. Lo que hacemos, decimos y pensamos cambiará: será producido por y estará bajo el control de la palabra de Dios.
Si alguno no ofende en palabra, ése es un hombre espiritualmente maduro. (Santiago 3:2)
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