La oración es un proceso del que disponemos para interactuar con Dios. El propósito de la oración puede ser interactuar con Dios, o trabajar con él para producir un cambio en la tierra. A través de la oración damos gracias, alabamos, glorificamos y honramos a Dios. Intercedemos ante Dios para que posponga o reduzca la severidad del juicio. Dios trabaja con nosotros en la oración para cambiarnos. Trabajamos con Dios en la oración para recibir de Dios o producir otros resultados.

Los pasos para llevar a cabo estos procesos con éxito difieren dependiendo del propósito de la oración. La oración para interactuar con Dios requiere una serie de pasos, la oración para cambiar el juicio requiere otra serie de pasos, la oración para cambiarnos a nosotros mismos requiere otra serie de pasos, la oración para recibir de Dios requiere otra serie de pasos y la oración para producir otros resultados requiere otra serie de pasos. 

Cada tipo de oración es una lucha contra las fuerzas espirituales dispuestas para impedir que la oración produzca resultados. Los resultados en la oración son producidos por el poder de Dios - la Palabra de Dios, no por nosotros.

Si queremos perfeccionar la oración, necesitamos dar los pasos que se ajusten al propósito de la oración y vencer las fuerzas que obstaculizan la oración. No seguir los pasos correctos es una de las principales razones por las que fracasamos en la oración.

Orar es aplicar el poder de la Palabra de Dios según la ley espiritual para producir resultados.