Cotillear

Cotillear no es una fuerza espiritual como el miedo o la duda. Más bien es parte del proceso por el cual fuerzas espirituales opuestas trabajan contra nosotros para derrotar nuestras oraciones y las oraciones de otros. Por desgracia, cotillear es una práctica demasiado común.

No subirás ni bajarás como cotilleador en medio de tu pueblo, ni tomarás partido contra la vida de tu prójimo: Yo soy el Señor. (Levítico 19:16)

¿Qué es cotillear? Cotillear es hablar de la maldad, insensatez o falta de confianza de otra persona. Es revelar información privada de otra persona. Es decir algo sobre una persona que haría que el oyente la considerara injusta, tonta, indigna de confianza, etc. Cotillear suele incluir exagerar la verdad o subestimarla. Por lo general, se trata de exagerar lo malo de otro y menospreciar lo bueno de otro, lo que revela parte de la naturaleza subyacente de cotillear.

El que anda de chismoso revela secretos, Pero el que es digno de confianza oculta un asunto. (Proverbios 11:13)

El que anda de chismoso revela secretos; no te juntes, pues, con el que adula con los labios. (Proverbios 20:19)

Las palabras del chismoso son como heridas, y descienden hasta lo más íntimo del vientre. (Proverbios 18:8, 26:22)

El hombre falso siembra contiendas; y el chismoso separa hasta a los amigos más íntimos. (Proverbios 16:28)

Donde no hay leña, allí se apaga el fuego; así donde no hay chismoso, cesa la contienda. (Proverbios 26:20)

Donde hay envidia y contienda, allí hay confusión y toda obra perversa. (Santiago 3:16)

Cotillear tiene sus raíces en el orgullo, la justicia propia, la falta de perdón, la búsqueda de culpables, el egoísmo (exaltarse a uno mismo a costa de otro), la autoglorificación, la envidia, la duda y la desconfianza. Una persona que practica el cotillear siembra semilla espiritual corrupta - cizaña - que trabaja contra el reino de Dios, su rectitud, su oración, y las oraciones de los que le rodean - especialmente los que escuchan los cuentos contados.

Donde no hay cotilleos, cesan las contiendas. El cotillear siembra semilla espiritual corrupta que da lugar a contiendas, división, discordia, desconfianza, confusión y toda obra maligna. La semilla espiritual corrupta que un cotilleador siembra es capaz de causar división, discordia y desconfianza entre los amigos más cercanos.

La semilla corrupta de la desconfianza cotillea contra la confianza en Dios que necesitamos recibir de él en oración. Causa confusión, lo que impide que oigamos y comprendamos las instrucciones sobre cómo orar. Todo en lo que el cotillear está arraigado y lo que produce trabaja en contra de nuestra oración. Tenemos lo que pedimos en oración cuando obedecemos a Dios y hacemos las cosas que son agradables a sus ojos. Cotillear no es agradable a los ojos de Dios.