Para que seamos uno

Padre, en el nombre de Jesús te pedimos que nos ayudes a ser un pueblo unido, llamado por tu nombre

Señor Jesús, tú pediste que fuéramos uno como tú y el Padre sois uno. Nos diste la gloria que Dios te dio para que seamos uno. Enviaste al Espíritu de la verdad para que nos guiara y nos condujera a toda la verdad: para santificarnos y unificarnos por medio de la verdad. Padre, en nombre de Jesús te damos gracias porque envías tu Espíritu de verdad para guiarnos y conducirnos a toda la verdad. Te rogamos que envíes tu Espíritu de verdad para guiarnos y conducirnos a toda la verdad. Nos sometemos a ti y a la guía de tu Espíritu de verdad para ser conformados a la verdad y convertidos en un pueblo unido llamado por tu nombre. Te pedimos que nos guíes a la verdad de las cosas que impiden la unidad y a la verdad para eliminarlas. Te pedimos que nos guíes a la verdad de aquellas cosas que necesitamos para estar unidos y la verdad para construirlas en nuestras vidas. Te pedimos que nos guíes hacia la verdad de despojarnos del hombre viejo y revestirnos del hombre nuevo: la verdad de ser creados como un pueblo unido en la rectitud y la verdadera santidad. 

Te agradecemos que nos hayas dado apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros para formarnos como pueblo unido por la fe, la verdad y el amor, sometiéndonos a ti y los unos a los otros. Te rogamos que los envíes para que nos ministren la fe, la verdad y la unidad. Ayúdanos a comprender la verdadera sumisión a sus ministerios.

Padre, haz que seamos diligentes y conscientes de los vientos de doctrina y engaño que causan división. Abre nuestros ojos para ver la falsa confianza en la doctrina para la rectitud en lugar de confiar en ti. Solo por el orgullo viene la contención que causa división. Ayúdanos a verla y a vencerla. Guíanos a la verdad con tu Espíritu de verdad. Abre nuestros oídos para oír lo que dice el Espíritu. Construye en nosotros la humildad que necesitamos para ser uno. Ayúdanos a entender que la verdadera unidad sólo puede venir a través de la verdadera humildad.

Ayúdanos a comprender la sumisión de unos a otros. Ayúdanos a confiar los unos en los otros a través de nuestra confianza en ti. Ponemos nuestra confianza en ti y en tu obra en aquellos a quienes nos ordenas someternos.

En el nombre del Señor Jesús atamos el orgullo, el miedo, la duda, el desaliento, la justicia propia, la lujuria y todas las demás fuerzas que trabajan contra la unidad y las arrojamos al mar.

Satanás, en el nombre de Jesús debes permitir que nos convirtamos en un pueblo unido llamado por el nombre de Dios. No tienes el poder ni la autoridad para impedirlo.